lunes, noviembre 13, 2006

Agujetas

Hay gente miserable, que se aprovecha de los errores de los demás, pero hay gente mucho peor. Hay gente que se aprovecha de los buenos propósitos de la gente humilde y trabajadora, para robarle los pocos ahorros que les queden, además de hacerles sentir unos fracasados.

Entre los primeros podemos distinguir al execrable Sr. MILAN y las hordas del malvado Dr. Tipp-Ex, y entre los segundos (los peores de todos), encontramos a los dueños de gimnasios, academias de inglés y a un bichejo inmundo, al parecer un extraterreste que vino hace ya años del Planeta-Agostini.

El motivo de esta entrada es hacer una denuncia contra el ataque del que he sido objeto, llevado a cabo por uno de estos siniestros personajes.

En otras palabras, que al final me he decidido a hacer ejercicio de la manera más cómoda posible, en un gimnasio.


Tras varios días de búsqueda sin éxito (incluyendo el aquél cuya dirección no me quisieron dar los de Vía Michelin), por fin me he decantado por uno.

Puestos a hacer ejercicio enlatado, qué mejor que el fast-food de los gimnasios: El Holiday Gym.

El hecho de ser ya viejos conocidos, junto con un precio muy bajo, y la disponibilidad de acceso a todos los gimnasios que tiene en Madrid, es lo que me ha decidido.

Ahora sólo queda lo difícil: Ir. Y sudar.
Si no, pasará a ser como los coleccionables de principios de septiembre, una pérdida de tiempo y dinero.

Deseadme suerte.

1 comentario:

Rafa Montoya Adarraga dijo...

Cuidadín con los piratas, pinky winky