viernes, septiembre 15, 2006

¡Mañana Boda!

Ahora que se acerca un evento festivo (el Álex se nos casa contra Sofía), se me vienen a la cabeza muchas cosas.



Eeeh que no, que no va por donde muchos estáis pensando, sino por las fotos, videos y demás, que se hacen en estas ocasiones.


Y es que está muy bien tener un recuerdo de momentos como éstos, pero es innegable que a medida que pasan las horas, la gente se relaja, y la música, el vinito y demás, pueden jugarnos una mala pasada.

Las bodas son el ejemplo más claro de esto, y la de Jaime, en concreto, es digna de un estudio sociológico.

Al inicio la gente va muy arreglada, y posa sonriente para una simpática foto (como mis hermanos y yo, arriba), porque estamos de fiesta y todos somos muy majetes y estamos muy contentos.

Pero el tiempo sigue pasando, y Montoya sigue grabando con la camarita, y la gente sigue haciendo fotos...


Es entonces cuando los que antes sonreían muy simpáticos se dividen en dos grupos bien diferenciados: los que sonríen más y más simpáticos cada vez (la cara de Javier lo dice todo)y los que ya prefieren no salir (mejor si omito las fotos de Diego).

En ese momento se empieza a escuchar algún que otro comentario, sobre que la conveniencia o no de las fotos. Miguel Piedra siempre es la punta de lanza a favor de la prohibición.



La discusión sobre si hay que estar comedidito, o si son los foteros los que se pueden meter la cámara por donde ellos saben a partir de cierto momento, es bastante controvertida, y sin una solución a corto plazo que satisfaga a todos.

Además, ahora, en plena era de las fotos digitales, hay que tener extremo cuidado, pues nunca sabes dónde pueden llegar a aparecer todo tipo de fotos. Mi amiga Sarita Montes, de la Universidad Alfonso X, podría decir unas cuantas cosas al respecto (por cierto, espero que lo hayas pasado bien en Sicilia, golfa).



En resumen, que si mezcláis la fiesta con los medios gráficos, tengáis cuidadín, pues seguro que no os gustaría veros en internet en fotos como ésta (gracias Nacheras por este impresionante documento).












Conclusión: Habrá que llevar cámara a la boda.

1 comentario:

Rafa Montoya Adarraga dijo...

Habrá que llevar la cámara, pero la de vídeo, para hacer un corto tipo dogma y superar las descargas de El Koala en YouTube. ¡Por Dios! Qué peligro tiene la web2.0 !!!